En un contexto donde la obesidad infantil se ha triplicado en los últimos 50 años y uno de cada tres niños presenta sobrepeso, la alimentación se ha convertido en una de las principales preocupaciones para muchas familias. En medio del ruido de las redes sociales, la publicidad engañosa y la falta de formación en nutrición desde edades tempranas, profesionales como la farmacéutica y divulgadora Marián García —más conocida como @boticariagarcia— y la doctora Montserrat Rivero Urgell, presidenta de la Asociación Catalana de Ciencias de la Alimentación, abren camino con propuestas educativas dirigidas tanto a niños como a adultos.

Un libro infantil para mirar la comida con otros ojos

Con una sólida trayectoria en divulgación y galardonada por el Ministerio de Consumo de España con el Premio Estrategia NAOS, Marián García ha dado un paso más en su labor educativa con el lanzamiento de su primer libro infantil El microscopio mágico. Misterio en el supermercado. En él, dos pequeños investigadores invitan a los lectores a explorar el contenido real de los alimentos, jugando y aprendiendo a través de la ficción.

“La idea era crear una herramienta divertida que permitiera a los niños descubrir por sí mismos lo que hay dentro de los alimentos”, explica la autora. Inspirada por sus propios hijos, la doctora García propone que, si los niños pudieran ver de forma lúdica lo que realmente contienen productos como una galleta o una palmera de hojaldre, quizás optarían por un brócoli sin pensarlo dos veces. El objetivo no es demonizar alimentos, sino fomentar una visión crítica y equilibrada.

Flexibilidad sin perder el foco

Uno de los personajes clave en el libro es la abuela, la Dra. H, símbolo de flexibilidad y sentido común. “Ella representa esa voz que dice que no pasa nada por comer una galleta de vez en cuando, siempre que no forme parte de la dieta habitual”, explica García. Sin embargo, no se ocultan datos contundentes: “Un cuarto de una galleta es puro azúcar”. El mensaje es claro: no se trata de prohibir, sino de tomar decisiones conscientes.

En este sentido, la autora también hace hincapié en la necesidad de evitar obsesiones alimentarias. “Los trastornos de conducta alimentaria existen y hay que tener cuidado con los mensajes que damos. Por eso planteamos una propuesta basada en la flexibilidad y en poner el foco en lo positivo: qué hacen los antioxidantes, cómo actúa la fibra en el intestino, por qué es importante mantener las bacterias buenas…”, detalla.

La responsabilidad de los adultos

Uno de los datos más alarmantes del estudio Aladino 2023 es que más del 80% de los padres con hijos con sobrepeso no identifican el problema. Peor aún: el 50% de los que tienen hijos con obesidad tampoco lo ven. “Si los adultos no reconocen que existe un problema, es muy difícil revertirlo”, afirma García. “Nos preocupa más el contenido de Netflix que lo que hay en la heladera”, advierte.

La especialista propone involucrar a los niños en todo el proceso alimenticio: desde ir al supermercado hasta cocinar juntos. Además, destaca la importancia de las comidas familiares sin pantallas y el poder del ejemplo en casa. “Hay que dejar de caer en las trampas del marketing: los niños no necesitan galletas con omega 3, necesitan comer sardinas”, sentencia.

La nutrición, una vocación de por vida

Desde otra perspectiva complementaria, Montserrat Rivero Urgell, doctora en Farmacia y especialista en Nutrición Humana y Dietética, comparte su recorrido de más de cinco décadas en el mundo de la alimentación y la salud. Su motivación inicial para estudiar Farmacia fue justamente obtener herramientas científicas que le permitieran entender el impacto de la nutrición en el cuerpo humano, en una época donde la disciplina apenas existía como campo académico.

“Estudié Farmacia porque era la única carrera que ofrecía contenidos relacionados con alimentos, fisiología y microbiología”, recuerda Rivero. Su formación se consolidó en la Universidad de Nancy (Francia), donde se especializó en Nutrición bajo la tutela del profesor Debry, referente europeo en la materia. Ese conocimiento la convirtió en pionera en España, abriendo puertas tanto en la universidad como en la industria farmacéutica.

Logros científicos y vocación educativa

A lo largo de su carrera, Rivero ha registrado 10 patentes de invención, publicado 119 artículos científicos y escrito capítulos en más de 40 libros. Pero uno de sus mayores orgullos es su papel en la formación de nuevas generaciones a través de más de 500 conferencias en España y su implicación en programas educativos como PLENUFAR, orientados a mejorar los hábitos alimentarios en niños, embarazadas y personas mayores.

“Tuve el honor de dirigir PLENUFAR 2, donde participaron 120.000 estudiantes de entre 10 y 12 años. Los resultados fueron excelentes y sirvieron de modelo en otros países”, afirma con satisfacción.

Farmacología y nutrición: una relación clave

Rivero también subraya la importancia de comprender la relación entre alimentación y medicamentos. “Los alimentos pueden afectar la absorción, eficacia y tolerancia de los fármacos, y viceversa”, explica. Por ello, considera fundamental que los farmacéuticos tengan conocimientos sólidos en nutrición, una especialidad que, según ella, ha ganado terreno gracias a décadas de divulgación y formación específica.

El rol preventivo de la educación nutricional

Tanto García como Rivero coinciden en que la educación alimentaria es una herramienta imprescindible en la prevención de enfermedades crónicas. A través de mensajes claros, propuestas pedagógicas y un enfoque en la infancia, buscan construir una sociedad más informada, consciente y saludable.

“La buena nutrición es una inversión a largo plazo”, concluye Rivero. “Y empezar desde la infancia no es una opción, es una necesidad”.