El alto nivel de metales tóxicos como el plomo y el arsénico en la leche materna puede reducir el crecimiento de los recién nacidos, según un estudio alarmante.

La leche materna es la mejor fuente de nutrición para bebés menores de seis meses. Sin embargo, TT también puede ser una posible ruta de contacto con metales tóxicos y otros contaminantes que pueden debilitar el desarrollo nervioso y la función inmune, investigadores de la Universidad de Arizona en los Estados Unidos.

El equipo de investigación se centró en las mujeres mayas en el área de la cuenca del lago Atitlán del lago Guatemala, y encontró concentraciones de arsénico y que llevaba más allá de los estándares de seguridad de la Organización Mundial de la Salud en la leche materna en las madres.

“La detección de metales tóxicos en la leche materna está profundamente relacionado y destaca el papel potencial de la contaminación ambiental en la destrucción del desarrollo de los niños”, Sandra Rodríguez Quintana, colaboradora de investigación post -doctoral.

“Nuestro trabajo exige intervenciones para proteger la salud de las madres y los niños y comprender cómo la concentración ambiental del metal puede contribuir a la retención y otros problemas de salud”, agregó Quintana.

Guatemala tiene la mayor tasa de crecimiento de crecimiento, o atrofiada, en el hemisferio occidental. El retraso en el retraso generalmente se atribuye a la nutrición y la mala infección.

Muchos estudios han vinculado altos niveles de metales en el agua potable con problemas de desarrollo, nerviosos y de aprendizaje en niños pequeños, pero este es el primer estudio que demuestra la relación con el retraso en el retraso en las Américas.

Para la investigación, publicado en el Journal of Environmental Contament, el equipo de investigación estudió 80 madres y bebés de cuatro comunidades diferentes de Atitlán.

Los científicos han analizado muestras de leche materna de madres y miden la longitud del recién nacido.

Descubrieron que la mayor concentración de la leche materna de arsénico, bari, berilio y plomo se asocia con el crecimiento de los bebés en estas comunidades.

Los investigadores también encontraron que la concentración de arsénico y Bari en el agua potable era mayor, identificada como la razón principal de los factores tóxicos en la leche materna.

“El agua potable está contaminada con factores tóxicos como el arsénico y las bacterias que causan una carga grave para la salud pública, especialmente para los niños en desarrollo”, dijo el equipo de investigación.

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